miércoles, abril 12, 2006

Gen X

"...y en ese sembrado, a la hora, el minuto y segundo previstos, se hizo la oscuridad. Me tumbé en el suelo, rodeado por los altos tallos y el suave sonido de los insectos, y contuve la respiración, experimentado una sensación de la que nunca he sido capaz de librarme por completo, una sensación de oscuridad, inevitabilidad y fascinación, una sensación que seguramente habrá tenido la mayoría de los jóvenes desde el comienzo de los tiempos, cuando al estirar el cuello y mirar hacia el cielo vieron que su cielo se desvanecía."


"... todo el mundo tiene un secreto profundo y oscuro que nunca revelará a nadie mientras viva. Ni a su mujer, ni a su marido, ni a su amante (bandido), ni a su confesor, nunca.

Yo tengo mi secreto, Vosotros tenéis el vuestro. Si, lo tenéis... lo noto en como sonreís. Ahora estáis pensando en ese secreto. Venga, escupidlo. ¿Cual es? ¿Te lo hiciste con tu hermana? ¿Te la meneaste en grupo? ¿Probaste la caca para ver a que sabía? ¿Te acostaste con un desconocido y te apetece acostarte con más? ¿Traicionaste a un amigo? ..."


"... Bueno, pues Martín, como la mayoría de los ex hippies amargados, es un yuppie... que pierden el control y parecen hombres lobos anfetamínicos cuando en un restaurante no consiguen una mesa junto a la ventana en la sección de no fumadores, y con servilletas de tela.

...Androides que nunca entienden los chistes y que tienen algo feo y amenazador en lo más hondo de su existencia, algo como un chihuahua subalimentado que enseña los dientes y espera que le den una patada en el morro, o como un vaso de leche que salpica los filamentos violeta de un matainsectos...

... Total..., oye Martín -le dije cuando entre a su despacho-. Ponte en mi lugar, ¿de verdad piensas que nos gusta trabajar en este basurero tóxico?

... y encima tengo que pasarme el día entero viéndote hablar con tus amigos yuppies sobre la liposucción de la tripe y sudando sacarina?

Te ruego me disculpes -dice Martín, recogiendo velas-.

O por ponerte otro ejemplo ¿crees que disfruto oyéndote hablar de tu nueva casa de un millón de dólares cuando nosotros casi no nos podemos permitir ni el lujo de comer esos bocadillos metidos en cajas de zapatos, y eso que ya vamos para los treinta años? Una casa que ganaste en la lotería genética, ..., solo por el hecho de haber nacido en el momento adecuado de la historia. Y tendré que aguantar a gilipollas como té durante el resto de mi vida, tipos que siempre se llevan el mejor trozo de la tarta y luego ponen alambre de puas alrededor de lo que queda..."

Douglas Coupland